Reacción a la lectura,  las 999 mujeres de Auschwitz

Abrí el paquete que llegó a casa  sabiendo  que eran libros, la emoción de ver portadas nuevas con relatos desconocidos que me enviaban las amigas de Penguin Random  emocionan a cualquiera que le motive la lectura; al desenvolver uno de los libros titulado 999 Mujeres de Auschwitz, una extraordinaria historia de las jóvenes judías que llegaron en el primer tren a Auschwitz, deje el libro sobre una mesa sin abrirlo y  observándolo por unos días antes de comenzar su lectura como si tuviera algo que me impidiera hacerlo, hace un par de semanas atrás había  visto el libro y la sensación era la misma,  como un interés reprimido como si fuera a encontrar algo que develara mi presente y que no quisiera ver. Entonces  comencé a leer.

Las primeras páginas de esta novela, inspirada en hechos reales, despliega antecedentes de la guerra, del entorno que habitaban estas jóvenes y de personajes que en su mayoría se perdieron en el camino. La guerra y su muerte, ese dolor que no acaba.

No fue hasta que conecte con mi presente, que el libro fue develando ciertas preocupaciones actuales. Las mujeres judías en este periodo no podían pasar a la secundaria, quedaban estancadas en la primaria sin acceso a una mejor educación. La guerra enterró aspiraciones y derechos que hoy nos parecen obvios para muchos de nosotros.

Una de mis hijas vive su adolescencia cargada de sueños, de planes y aspiraciones para su vida. La libertad ha sido un bastión que la acompaña y la educa. Libertad es lo que quiero que conquiste. Al igual que muchas adolescentes, la pandemia y las cuarentenas han sido más difíciles para ellas que para los adultos. Las primeras fiestas, la sensación de independencia, la búsqueda de espacios que identifiquen y validen sus gustos, el simple hecho de caminar por la calle con amigas y amigos, reír sin motivo entre tantas más y que escasean en años tan importantes para muchas de ellas.

Entonces, entiendo el sentido profundo de este relato de amistad y compromiso entre mujeres, mi hija podría en otra época haber sido la numero 1000, el ejercicio de empatía amanece rápidamente mientras la lectura avanza. Estas mujeres, las pocas que sobrevivieron al engaño que fueron sometidas en Auschwitz al ser trasladadas  con la promesa de un trabajo, forjaron valores  nobles fundados en el respeto de lo humano.

 Este libro no solo cuanta la historia de estas primeras mujeres, que suben a un tren pensando que viajan a trabajar en la guerra ayudando a otros durante algunos meses. Jóvenes que en su mayoría nunca habían salido de casa, niñas que exploraban su adolescencia. Sus padres engañados habían entregado a sus hijas sin saber que el gobierno las había vendido a los nazis.  Su destino final, Auschwitz, trabajadoras y sirvientas de la tortura institucionalizada. Mujeres consideradas indignas, ¿habrá existido algo peor en esa época que ser mujer y ser judía? Este libro extrapola la dureza del mundo, nos narra el valor y la sobrevivencia de algunas.

Estas páginas me muestran lo débil que somos lo frágiles que son nuestros argumentos a la hora de apoyar a nuestras hijas en un confinamiento que esta a años luz de las mujeres de la segunda guerra. El material presentado por Heather Dune Macadam autora de este libro, reconstruye una historia de mujeres que esta dejada de lado en las narraciones oficiales de la segunda guerra, por ser mujeres, por ser judías no lo sabemos.

Hoy descubro en estas páginas el sí mágico del teatro de Stanislavski, y si fueran mis hijas, pero no lo son, en el valor y la fuerza del argumento encuentro las  razones que mejoran el temple y la voluntad en estos años difíciles de pandemia para los adolescentes. La lectura siempre nos enseña a ser mejores hoy, este libro me enseña a ser mejor padre y transmitir la libertad de las ideas y valores.

Nicolás Fontaine 

3 de mayo 

Faro De La Nueva Extremadura