Transforma la Innovación disruptiva en una oportunidad.
«Mi misión en la vida no es solo sobrevivir, sino prosperar; hacerlo con cierta pasión, cierta compasión, algo de humor y un poco de estilo».
Maya Angelou
Moonshot Thinking, es una forma de pensar de aquellas personas que tienen el privilegio de liderar las organizaciones o más bien las oportunidades que las tecnologías exponenciales ofrecen, que son solo eso, simplemente oportunidades. Una de estas grandes oportunidades tomadas son los Waymo, un vehículo autónomo a base de una tecnología de detección que utiliza sensores para medir la distancia de un objeto después de apuntarlo con un láser. Aunque aún son asistidos en la conducción por un humano, recorren las calles de Mountain View acumulando millones de datos a diario. Un vehículo autónomo necesita procesar unos 4000 GB de datos cada día, según un estudio de Intel. Para poner esta cifra en contexto, basta con compararla con los entre 0,5 y 1 GB de promedio que consume una persona cada día con su smartphone, contabilizando todas las carpetas que vemos, descargamos o enviamos. Es decir, cada vehículo autónomo, en términos de capacidad, equivale, como mínimo, a una flota de unos 5000 smartphones sobre ruedas.
La transformación de una empresa empieza con un sentido de crisis o urgencia, dijo Lou Gerstner Ceo de IBM entre 1993 y 2002. Estos modelos de transformación pueden ser más top-down (de arriba hacia abajo), más cohesionado, más propietario en sus ideas como Apple O más bottom-up (de abajo hacia arriba), más disperso, más abierto en sus ideas Como Google.
En 1997, Clayton Christensen, pública el dilema del innovador, introduciendo el concepto de innovación disruptiva. Christensen, argumentaba que precisamente porque las empresas establecidas hacían bien su trabajo y se enfocaban en el cliente, dejaban de tener incentivos para explorar en otro tipo de tecnologías, las cuales quizás pudieran representar nuevas oportunidades en nuevos mercados. El dilema del innovador residía en esa especie de decisión estratégica boomerang en la que precisamente al hacer las cosas bien abríamos las puertas a una potencial disrupción. Ahora bien, la etimología del término y su orientación filosófica del concepto de innovación disruptiva fue definida por el economista austriaco Joseph Alois Schumpeter en los años 50 del siglo XX. En su icónico libro capitalismo, socialismo y democracia, argumentando que el capitalismo por su naturaleza es un proceso continuo de cambio y que el motor de ese cambio es lo que él acuñó como destrucción creativa.
La transformación ocurre de manera acelerada y las tecnologías pueden direccionar cualquier sector de la economía. Paul Graham, fundador de Y combinator dijo hace poco tiempo “sí de joven me hubieran preguntado cuál era la competencia más valiosa, nunca hubiera mencionado la habilidad para darse cuenta de anomalías, pero hoy estoy convencido de que esta es una de las más valiosas” Bofarull nos dice: que la habilidad más escasa a nivel directivo es esa capacidad de síntesis que nos permite separar la señal del ruido, él bla- bla disruptivo de lo específicamente relevante para nuestro caso y nuestra industria. El profesor del IMD de Lausanne (suiza) Arturo Bris dice: Una empresa incumbente solo tiene una forma de sobrevivir, que es transformarse en una startup (reinventarse); mientras que una startup solo tiene una forma de sobrevivir, que es la de convertirse en una empresa inconveniente (escalar). Esto ya tenía sus orígenes en el concepto de la organización ambidiestra, donde el sociólogo James March fue su precursor el año 1991.
Moonshot thinking, es un libro que realiza un esfuerzo narrativo, cuenta una historia acerca de un viaje (de la disrupción a la transformación), conecta con la credibilidad que se deriva de la experiencia de miles de directivos, y desata un conjunto de emociones, el Moonshot thinking no nos deja indiferentes.
Iván Bofarull se plantea la pregunta en plena crisis en el contexto del COVID-19, en un escenario posterior a la pandemia, ¿habrá más o menos innovaciones disruptivas?, esta pregunta poderosa gatillo el fondo del Monshot thinking del autor.
En 270 páginas, el profesor de innovación en programas corporativos de ESADE desarrolla un índice compuesto por la introducción que busca la creación del futuro, el desarrollo de las capacidades aumentadas: el Moonshot thinking, la profesionalización de la disrupción y la exploración sistemática del Moonshot Innovation. Anticipar, lanzar y aterrizar son las herramientas claves de este explorador. Además, el autor nos regala 12 hábitos para transformar la disrupción en oportunidad. El libro contiene una serie de tablas, fichas, gráficos, infografías y consejos prácticos. Al finalizar cada una de las unidades de lectura, su bibliografía es exquisita y está compuesta tanto por los libros más clásicos del management y la innovación, como también una serie de curiosidades en sitios web, entrevistas y artículos tanto académicos como de prensa escrita.
Nicolás Fontaine
Faro de La Nueva Extremadura
12 de mayo de 2022
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