
Los recién llegados al bitcoin, los fundadores de Coinbase, descubren rápidamente que el tema es una madriguera de conejos, y que puede llevar cientos de horas aprender los entresijos de temas como tasa de hash y mecanismo de consenso. Aún no necesitaba saber todo eso, relata Bryant. Necesitaba saber lo básico. Y, en el nivel más básico, se dio cuenta de que el bitcoin es un programa informático, aunque muy inteligente. Cualquiera puede descargarlo y ejecutarlo en un ordenador portátil. Por sí solo, no es tan inspirador, ni siquiera útil. Lo inteligente o la magia del bitcoin es que se ejecuta en miles de ordenadores de todo el mundo. Y juntos, todos estos ordenadores van creando un libro mayor permanentemente de las transacciones, que muestra quién gasta el dinero digital que crea el programa.