Plano de reacción… ¡¡mucho más que eso!!

A la hora de interpretar la escena el actor se verá enfrentado, en el caso de las grabaciones en estudio, a tres cámaras que registrarán su actuación desde un punto de vista dado por el director y sobre todo por  las necesidades propias del género.

 

Nuestras televisoras chilenas suelen tener escenas que no superan el minuto de duración  y algunas veces podemos encontrar hasta una veintena de planos en ella. Lo beneficioso para los actores es que las tres cámaras están puestas en el set de tal manera que pueden registrar  a tiempo real al intérprete y sus reacciones, lo perjudicial  es que la atención-concentración del actor se puede dispersar al no saber con claridad y precisión cuál es la cámara y el plano en que la cámara lo está registrando

 

En el género de las telenovelas chilenas, es común que  los conflictos que se plantean  sean circulares y no frontales ni directos. Es decir,  que rodean el problema, lo enuncian  para después rematar con un plano de reacción del  personaje de tal forma que   en  la siguiente escena del mismo personaje nos damos cuenta que el calvario y las decisiones tomadas producto de la escena anterior fueron  realizadas  en escenas que no vemos y que el actor debe construir. Hay que destacar que un buen guionista es capaz de entregar  todos estos antecedentes al director y al actor. De ahí la importancia fundamental del plano final o de reacción de una escena.

 

En nuestra industria nacional el plano de reacción es cada vez más importante. Primero porque el plano encierra el remate final de la escena y traduce el estado interno que el personaje vive y segundo porque las escenas nacionales carecen de desarrollo dramático y vivencial en ellas mismas. Quiero decir que muy pocas veces veremos que estos conflictos serán tratados directamente en las escenas. La razón es simple, el género de las telenovelas en Chile se entiende y se construye a una velocidad que impide que el guionista pueda profundizar en todas las escenas.  Lo hará sin duda, pero en las escenas que son más relevantes para la historia central de cada personaje.  De esa forma el suspenso del conflicto se podrá estirar los 90 o 100 capítulos que dure la telenovela  y el espectador podrá  saltarse el visionado de algunos capítulos sin quedar fuera  de la historia que se  le está contando.

 

El plano de reacción por lo tanto se agranda, se empodera dramáticamente  ya que encierra todos los elementos mencionados anteriormente  incluyendo otro: el o la intérprete deberá ser capaz de transmitir en ese plano su impacto por la información recibida, el suspenso que llevará al espectador a la siguiente escena y el conflicto que subyace en el personaje.

 

Impacto + suspenso + conflicto = Plano de reacción

Es común en nuestras televisoras nacionales que el plano de reacción sea puesto en cámara lenta o bien se reitere en variados tipos de plano que entregan la misma información visual al final de una escena.  Mas de alguna vez he visto escenas que tienen planos de reacción finales que duran tanto como las escenas. A mi juicio es una mala costumbre por no saber llevar el conflicto de  las escenas o por la escasa construcción de conflicto  que puedan tener.

 

 

¿Qué debemos hacer?

 

 

La cámara  es el espectador con nombre y apellido, debemos trabajar para ella y con ella. Lo que no ocurre en el plano, no ocurre en la escena. Nadie lo verá y nadie interpretará lo que está ocurriendo fuera de ella. Debemos conocer al camarógrafo, conocer sus velocidades de reacción y narración, su inclinación por determinados planos y sobre todo tenemos que mostrarnos como somos, compartir con ellos. Esto ayudará a que  conozcamos mutuamente nuestras kinéticas.  No tenemos que olvidar que el director trabajará con nosotros por medio de este hombre y su cámara. Por lo mismo, es fundamental entender y asimilar lo que el director entiende por acción. ¿Por qué? Y ¿Para qué?, ¿desde dónde viene?, ¿Para dónde va?.  Debemos comprender y asimilar por medio de la vivencia  que la reacción-acción  es un estado interno que se comunica de alguna manera o forma por medio de nuestro cuerpo. La morisqueta, altamente utilizada y tentadora para nosotros los intérpretes, no sirve y  destruye lo anteriormente construido por un actor.   La reacción-acción debe ser genuina y coherente con el personaje que se interpreta.  Nosotros en la vida no siempre reaccionamos con un gesto facial. La ausencia de un gesto puede significar algo o el movimiento de las manos o el desplazamiento del cuerpo, entre otros.

 

Si bien el plano de reacción es el remate de nuestra escena, no podemos construirlo aparte como un elemento aislado pues lo único que lograremos es destruir nuestro trabajo. Nuestro plano debe ser  construido desde la escena en la que estamos, es una síntesis de nuestro estado final un desenlace que nos llevará a otra escena.

 

 

Plano de reacción = es la síntesis de nuestro personaje en la escena, nuestro desenlace.

Por eso la importancia de conversar con el  director y consultarle ¿cuál es la estética de los remates de escena?, ¿En qué velocidad se trabajará? ¿Son apoyados por una música, cual? ¿Qué tipo de plano se utilizará? Les aseguro que un buen director sabrá responder estas preguntas, y así  podremos trabajar con mayor finura nuestras escenas.

 

Por eso la importancia de los ensayos de la escena, normalmente un director  realizara tres ensayos. El primero, se concentrará en resolver  la letra de la escena y sus movimientos de cámaras, el segundo será la ejecución de la escena en la cual se pondrán a prueba todos los elementos que confluyen en ella. Las entradas y salidas, movimientos de cámaras, ajustes de planos, pie de textos, intenciones actorales, movimientos de audio, utilización de escenografía entre otros. Y el tercero que será la corrección audiovisual y actoral del segundo ensayo.

 

Cada ensayo será una nueva  oportunidad para observar y ejecutar los movimientos de las tres cámaras que tomarán la escena, cada uno de ellos es también un espacio para interactuar y experimentar nuestros movimientos.  Y a la hora de el remate final tendremos que trabajar para la cámara que el director nos indique, pero nunca debemos dejar de lado las otras dos cámaras a las cuales también debemos estar atentos a la entrega de un nuevo plano si el director lo necesita. No es lo mismo levantarse en una silla desde un primer plano que de un plano general, la velocidad del movimiento será dada por el plano y movimiento de la  cámara. Esa información es  vital para nuestro trabajo.

 

El actor entra al set a dialogar con las cámaras, a regalarle  cada expresión traducida a  cada plano. El final de una escena es una síntesis, un comprimido del viaje del personaje, un trampolín de contenido emotivo que llevará al televidente a soñar, especular, divagar y dilucidar  nuevos encuentros entre el personaje y su cámara.

 

 

De ahí la importancia que un plano de reacción final de una escena es mucho más que eso.

 

 

Nicolas Fontaine

Faro de la Nueva Extremadura.

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