En un ambiente íntimo, sin rostros de la farándula ni flashes de prensa, anoche se estrenó en la sala Jorge Díaz del teatro de la Universidad Finis Terrae la obra “Acreedores”, del sueco August Strindberg, bajo la dirección de Nicolás Fontaine. La pieza, escrita en 1888, es un drama cargado de ironía que hurga con acidez en el matrimonio y sus bemoles: celos, manipulaciones, mentiras, enfrentamiento de ideas y estrategias. Quién se come a quién, quién modela a quién, son las ideas de fondo. Algo que se ve en “Jugar con Fuego” y también en “La Señorita Julia”. Él lo llamaba “lucha de cerebros”, que se extiende a lucha entre los sexos, entre lo caduco y lo nuevo.
La versión de Fontaine, que también actúa, es un montaje limpio que deja que el texto se luzca (con todo lo que eso significa, ya que decir bien un texto pasa tanto por lo técnico como por el ritmo emotivo que se le imprime a cada frase, por la intención) en medio de un espacio negro, con sólo un par de sillones, un cuadro y una escultura. La trama muestra un triángulo formado por Adolfo (Fontaine), un inseguro y atormentado pintor; Tekla (Keyros Guillén), una escritora seductora y difícil de sonrojar; y Gustavo (Pedro Vicuña), un hombre de fácil habla y talento manipulador. Los dos primeros son marido y mujer, pero atraviesan por una crisis. El tercero es amigo de Adolfo, y algo más que el espectador descubrirá en el momento del ajuste de cuentas.
La pieza se estructura como tres duelos verbales, donde las partes respectivas usan la afilada espada de la lengua y el peso de las ideas para hacer tropezar psicológicamente al otro. En cada uno hay un ganador. Y al final, un perdedor absoluto.
Las actuaciones destacan el verbo de Strindberg. En especial la de Vicuña, que llena el espacio con su profundo timbre de voz y su buena pronunciación. Keyros da con el tono de una mujer manipuladora, que gusta de manejar las situaciones a su antojo, frívola, fría y calculadora. Fontaine acierta con el hombre estragado emocionalmente, a través de detalles en su tono de voz y su expresión corporal. Los tres consiguen dar cuerpo a las tensiones necesarias para que el espectador sienta la crispación interna de sus personajes.
Para ser un estreno, con toda la carga emocional que eso significa, el montaje ya es recomendable, aunque seguramente ganará en ritmo y fluidez con las próximas funciones. Da gusto reencontrarse con un clásico, y sobre todo con uno que muestra que las miserias humanas son las mismas de hace 122 años.
Acreedores
Dramaturgia: August Strindberg
Dirección: Nicolás Fontaine
Elenco: Pedro Vicuña, Keyros Guillén y Nicolás Fontaine
Jueves, viernes, sábado y domingo, desde el viernes 30 de abril hasta el sábado 12 de junio
Jueves 20:00 hrs. Viernes y sábado 21:00 hrs. Domingo 19:00 hrs.
Jueves populares $ 2.500 todo espectador
$ 5.000 adultos $ 3.000 estudiantes y tercera edad
reservas: 420 72 88