¿Cómo hacer un mejor estado?

Todos hemos experimentado en algún grado la burocracia en el sector público, la carente descentralización en las decisiones. La falta de una composición humana flexible a los tiempos actuales que esté preparada para entender el cuerpo del estado y el sentido de la república. Podríamos decir que existe un consenso en los sectores políticos de casi toda Latam que existe una estructura de gobernanza decimonónica y disonante con la necesidad de un diálogo fluido entre la sociedad civil, la empresa privada y el estado.  Esto perjudica el progreso el desarrollo cultural y mucho de los lectores coincidirá en la falta de sentido común en algunas reparticiones del estado cuando se trata de dar soluciones a necesidades de la ciudadanía.

Sin duda que Chile como también otros países de nuestra región han avanzado y modernizado en este tema. Pero vivimos en un cisne negro que se nos hace  permanente en los últimos años,  en una dictadura de la inmediatez que coarta la posibilidad de frenar y diseñar lo que se quiere y se necesita en un estado del futuro.

Dos tercios de la ciudadanía cree que los gobiernos favorecen a sectores privilegiados, lo que significa que tres cuartas partes considera que sus gobiernos son injustos. Con esa frase parte Alberto Moreno la introducción al libro  Introducción a la gestión pública (conecta) de  Mario Waissblut Suberlman, quien cuenta con una destacada experiencia en lo público y privado. Desde un inicio el autor  nos aclara que este libro es una creación colectiva y que su propósito es <<infectar con el virus positivo>> a la gestión publica en los diversos estamentos de los estados en LATAM.

La primera reflexión que desarrolla el autor es enfrentar la administración versus la gestión, mencionándonos el divorcio entre ellos. El ejemplo de políticas públicas desarrolladas en los parlamentos es una muestra de un estado divorciado, donde si bien buscan ser beneficiosas para la ciudadanía carece él parlamente de atribuciones que permitan su análisis sobre la implementación quedando muchas veces en el olvido programas que no son implementados o instrumentos que permitan medir con eficiencia la gestión y el valor generado.

Estamos acostumbrados a recibir ofertas de campañas políticas a todo nivel. Con titulares sobre lo que la futura autoridad va a hacer, el QUE. Este libro se introduce en el COMO se diseña se gestiona y se implementa.

Para poder avanzar en su propósito, Waissblut desarrolla un índice que construye con: Alejandro Barros, Iván Braga, Carlos Castro, Rafael del Campo, Javier Fuenzalida, Pablo Galaz, Jonny Heiss, José Inostroza, Analía Madrano, Claudio Pizarro, Ximena Pizarro y Vivien Villagrán.

Introducción a la gestión publica esta construido en tres secciones: Conceptos generales, donde se desarrolla las definiciones del estado la explicación de tres casos de éxitos y el intraemprendimiento en el sector público. Diseño estratégico, expone el diagnóstico para luego explora la modernización de los estados la gestión estratégica y la arquitectura organizacional. La tercera y última sección está dedicada  a las herramientas de gestión,  enfoca el trabajo en la gestión de desempeños, la corrupción, gestión de personas, la gestión del riesgo, la revolución digital, la ausencia de gestión de procesos y proyectos como también la invitación a una innovación posible en el estado.

En estas 457 páginas nos enfrentamos a un cuestionamiento profundo del diseño actual del estado. Los autores buscan poner al centro la ciudadanía no como beneficiarios o consumidores de derechos, sino como constructores de un estado que debe estar abierto a modificar y preparar variados escenarios posibles para tiempos actuales.

Nuestros políticos, administradores públicos y funcionarios del Estado encontrarán  en este libro herramientas indispensables para  enfrentar nuestro presente, eso se lo debemos agradecer a los autores.

Este libro me deja con la inquietud y la necesidad de una formación transversal  de aquellos que trabajan en el estado y las autoridades. Un estado requiere de un capital humano  con formación constante y coherente con los tiempos actuales; con   una mirada amplia y flexible que nos permita enfrentar los múltiples escenarios, pero sobre todas las cosas profesionales íntegros, sensibles y humanos.

Nicolás Fontaine 

Faro De La Nueva Extremadura

2 de junio de 2021

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