TEATRO «Pedro y el Capitan» de Mario Benedetti

Este proyecto esta en el tintero. Su propuesta original fue realizada el año 2010. En la dirección, Cristian Marambio, en los roles de Pedro: Pedro Vicuña; y el Capitán: Nicolás Fontaine. Música de Alejandro Miranda.

DESCRIPCION
A la hora de montar «Pedro y El Capitán» nuestro empeño será releer la obra desde nuestro tiempo, resaltando los temas universales que contiene. Esto se logrará a través del trabajo profundo del texto con los actores para llegar a la sutileza y profundidad necesaria en las actuaciones. Además, para apoyar el relato de actualidad, la contextualización de la obra desde la puesta en escena estará situada en el presente para resaltar las dinámicas de violencia, humillación y negación del otro que explican la crueldad más allá del tema ideológico y que persisten en nuestra sociedad solapada o más bien trasvestidas. Esta es nuestra premisa ideológica. Es por esto que nuestro esfuerzo no va destinado a hacer una reconstrucción histórica de los años setentas en Chile, sino a situar la obra en un soporte visual que hable más de nuestros tiempos que de la dictadura. En este sentido el espacio, la luz y la música tendrán un carácter marcadamente contemporáneo.
El espacio está dispuesto cómo si fuera una sala gesell o caseta de reconocimiento de sospechosos, con un espejo que impide que quien esté adentro vea hacia afuera a quienes lo observan. Las lecturas que el espacio debe generar en el público van desde un locutorio de radio, pasando por un realitiy en vivo, una sala de reconocimiento de sospechosos y por supuesto una de focus group.
La implicancias teatrales no dejan de ser interesantes pues el actor, en este caso Pedro Vicuña (Pedro, el torturado) estará concretamente aislado, no sabrá si el publico se ríe o no, si responde o no a los estímulos del espectáculo, deberá trabajar a ciegas, enajenado y enfrentado a su propio reflejo.
Por el contrario Nicolás Fontaine (el Capitán) estará la mayor parte del tiempo en el afuera de la sala gesell en directa relación con el publico, como si se tratara de un policía o psicólogo que observa junto a un grupo de testigos o alumnos (Público) a un sospecho de un crimen o un enajenado mental.
El vestuario será el único elemento que acompaña la época de la obra (pantalones patas de elefante, patillas, camisas con cuellos grandes etc.) para remarcar lo anacrónico de los personajes, sobre todo el de Pedro, no por ser torturado sino por su actitud heróica frente a la tortura.

La música será trabajada en dos registros; uno es la música despersonalizada de los supermercados inspirada en referentes absolutamente actuales (Solo como ejemplo y para dar una idea de referencia podría sonar similar a Natalino y Kudai) el otro registro estará referido a la música rock tanto en su arista mas pesada cómo en la más triste. La primera tiene el sentido de ironizar y la segunda de acompañar los momentos en que la violencia se hace evidente.
El viaje de la obra debe ir desde el humor negro de los primeros momentos a la incomodidad de presenciar y ser parte de la crueldad que un hombre ejerce sobre otro, además de la distancia o incomodidad en el hecho de constatar cómo la tortura puede ser considerada un espectáculo.
Los entre cuadros o entre escenas marcan saltos de tiempo a través de idas a negro, por ser demasiado predecible este recurso lo que haremos será oscurecer la sala gesell y dejar iluminado el primer plano en el que se encuentra «El Capitán» de esta manera mantenemos el continuo del espectáculo.
Las actuaciones serán trabajadas en dos lenguajes distintos; «El capitán» tendrá que trabajar en dos registros dependiendo de las necesidades de la escena que esté interpretando, por un lado deberá poder interpelar al público, hacerlo participar de la crueldad hacia el torturado y por otro lado cuando dialogue con «Pedro» tendrá que responder desde una verdad y verosimilitud acordes con el trabajo de el actor que interpreta a «Pedro».