Privacidad es Poder

Mientras escribo estas palabras, y usted la lee, alguien, en algún lugar, nos está observando y capturando todos nuestros movimientos en nuestro Smartphone, laptop, Tablet, en fin, en cualquier aparato que tenga conexión a internet.

 

Este es el tema central que nos trae la filósofa y profesora del instituto para la ética en Inteligencia Artificial de la universidad de Oxford, Carissa Véliz, en su libro –La privacidad es poder- de Debate

 

Carissa se lanza  como un cohete contra la industria de internet, meticulosa en sus argumentos, sostiene que la tecnóloga ha sido secuestrada por buitres, y organizado por brókeres de datos que venden todo lo que capturan día a día en nuestros dispositivos. Donde vas, con quien hablas, que compras, que página visitas, que Apps usas, que dispositivo está cerca de ti. Diariamente, nos van capturando y cercando según Véliz; con el objetivo de manejar nuestro consumo de influir sobre todas nuestras decisiones. “La sociedad de la vigilancia ha transformado a los ciudadanos en usuarios y en sujetos de datos” nos dice la autora.

 

El estado actual de la privacidad es el centro de este trabajo: Durante el capítulo 1 acompaña a una persona durante el día, desde que despierta con la alarma de su   Smartphone ya está siendo rastreada, y si además tiene un reloj inteligente durante la noche fueron capturadas sus pulsaciones, sus horas de sueño y si tuvo o no relaciones sexuales. Al salir de la ducha y lavarse los dientes con su cepillo inteligente, los rastreadores vuelven a captar su tiempo de lavado su  frecuencia y con esto estipulan cuáles son sus hábitos higiénicos. Ahora, si mientras se vestía contesta algún mensaje de WhatsApp u otra aplicación también esos datos fueron capturados, como también tu gasto energético en la caminata que realizaste hasta el auto. Que decir si tienes un auto con GPS integrado, los rastreadores siguen absorbiendo todos los datos, como también si contestas o no correos electrónicos cuando manejas, podrían ser datos vendibles para una aseguradora. Si tienes tarjetas integradas de pago y uso de redes sociales, aquí entran todas,  y aplicaciones que pidieron permiso para usar tus fotos y tu cámara, todo está siendo grabado aunque la App no este en uso.  El capítulo 2 se sumerge en el origen de la economía de datos y el cómo se llegó a transformar la tecnología en el  servicio de  captura de datos, interesante historia del algoritmo de Google para esto.  El capítulo 3 resignifica el poder del usuario, como ciudadano, tenemos el poder nos dice y  a ratos enfatiza deber de parar esto. Somos dueños de nuestra vida y nuestras decisiones no pueden estar extorsionadas por otros. En este capítulo le entrega información al lector que asombra. Aunque cueste creerlo el 40 % de los correos que recibimos tienen extensiones que capturan datos; si te realizas una prueba genética entregaras tu ADN a los brókeres, ellos venderán tus datos a laboratorios y quien sabe a quién más. Facebook, Google y Amazon han compartido por años base de datos con información de sus usuarios. Más que nunca toma sentido la máxima de marketing  -Cuando el producto es gratis, el cliente eres tú-. El capítulo 4 analiza lo tóxico de los datos y como el algoritmo de ciertas redes triangula información entre usuarios con el fin de ser más explosivo. Ya lo vimos con las campañas políticas de EE. UU y el escándalo de Cambridge Analytica. El capítulo 5 la autora busca  desenchufar al lector de internet y  expone el beneficio que este puede traer. El capítulo 6, el último, la autora nos interpela en una vida con menos conexión. Tomar conciencia y  empoderar al lector es su objetivo.

 

La autora sostiene este ensayo inteligentemente, sus datos están justificados y explicados para un lector promedio. El capitalismo de la vigilancia tiene que acabar de una vez, sostiene reiteradamente. Carissa, no busca un retroceso, ni menos  un decrecimiento tecnológico. Busca una sociedad donde el lector, primero, tome conciencia de la cantidad de (datos) años que ha entregado a otros, siendo parte de un modelo de negocio, que no se enteró; y después un llamado de atención, no hipotecar nuestras vidas por nuestros datos. Nuestros hijos nacieron con internet y todos son The Truman Show. No publiques y tomo conciencia de lo que dices y haces diariamente.

 

Privacidad es poder. Contiene 300 páginas de lucidez.  Una bibliografía y sitios de interés que es exquisita. El lector se enterará de historias reales de infiltración de datos, para no creer. Como el valor mensual de datos personales o peticiones especiales según el cliente. El nacimiento de Google y como la mejora del algoritmo se mercantilizó. Las secuelas de los atentados del 11 de septiembre en EE.UU.  Facebook y los mensajes robados de WhatsApp entre otros.

 

La lectura provoca y cuestiona al lector. La sensación de ser un objeto de vitrina, un bien de consumo es lo que  Carissa Veliz con su -Privacidad es poder- nos presenta. Debiera ser un libro obligatorio antes de ser usuario de internet. ¡Gracias,  Carissa Véliz!

 

Nicolás Fontaine 

19 de Mayo 2022

Faro De La Nueva Extremadura.

 

 

 

 

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