El año 2018 durante tres días consecutivos el filósofo Peter Sloterdijk converso Con: Hans Ulrich Gumbrecht, Iván Jaksic, Syilvia Eyzaguirre, Leónidas Montes, Enrique Barros y Cristian Warnken. Estos conversatorios fueron editados por Leónidas Montes en octubre del 2019 junto al fondo de Cultura económica Chile y el Centro de Estudios públicos (CEP) en el libro titulado Encantamientos en prosa, Una conversación rica y llena de vida, quiero dejar con ustedes algunos pasajes de estos tres días, preguntas y extractos de ellas, y las respuestas del filósofo. Comparto con ustedes algunos extractos:
Iván Jaksic habla con Sloterdijk de intelectuales, del Estado y su origen. Este primer día es sobre el rol del intelectual público y de las universidades. El filósofo comenta desde Aurelio Agustín, el hombre que mejor conocemos de toda la antigüedad hasta el intelectual moderno, pasando por la revolución francesa. La Universidad como el único concepto de la lógica medieval que fue asumido en el mundo moderno. En la edad media se organizaba los diferentes oficios en gremios y corporaciones. Para todos ellos vale universitas non morítour.
Iván Jaksic: El intelectual público europeo, desde el siglo XVIII se ha formado desde su relación con la política. Pero como la política ya no cumple esta función, ¿se podría decir que el intelectual que se ocupa todavía de la política está obsoleto, fuera de juego?
Sloterdijk: En las obras teatrales sobre la República romana y está desde hace 200 años solo que hoy el pueblo ya no tiene ganas de ser representado por tribunos, sino que el pueblo mismo escribe un blog. Hoy no hay una masa coma sino una multitud la mayoría de los intelectuales en la actualidad le desagrada la idea de tener que hablar por muchos, a excepción del feminismo (…) creo que en un par de décadas la proporción de voces masculinas y femeninas se habrán equilibrado
Hans Ulrich Gumbrecht: volviendo a lo que decía antes sobre el presente es interesante afirmar que hoy el elemento revolucionario e innovador está mucho más de parte de la tecnología o de la economía que de la política (…) ¿No sería más interesante ocuparse de silicón Valley, por ejemplo, que de Trump, es decir, no de la política, sino de este sector que es verdaderamente innovador?
Sloterdijk: Con la revolución francesa comenzó una nueva ronda de la historia del motivo res pública, Este concepto romano para aquellos que más tarde llamaremos “Estado” (…) En el fondo, la historia del intelectual, aunque en una forma fuertemente politizada, se puede remontar al siglo XVIII. (…) El intelectual moderno es, en cualquier caso una persona que interpreta la perplejidad de la libertad moderna, que se da al mismo tiempo junto al anhelo de libertad. (…) El siglo XIX se divide entre los que le creen a Napoleón y los que no. Desde Baubef hasta Karl Marx están convencidos de que la revolución sigue porque está no solo consiste en la acción política, sino que ha desencadenado una dinámica en la profundidad de las relaciones sociales, que trasciende la voluntad, el poder y los saberes humanos.
El segundo día la conversación orbito sobre el estado y el futuro de la sociedad. Enrique Barros pregunta: hoy hablaremos del Estado, un historiador del derecho muy apreciado como Harold J. Berman, en Law and Revolution, ha dicho que los orígenes del Estado moderno se encuentran en el Papa Inocencio III (…) ¿En qué cree que el Estado sigue siendo indispensable y en qué le parece prescindible o reformable?
Sloterdijk: Autores alemanes nacidos en el siglo XX tienen el oído una frase del -así hablaba Zaratustra- coma que dice: “el estado es el más frío de todos los monstruos fríos” esto lo escribió Nietzsche en 1833; cuando apareció la tercera parte de Zaratustra. Alrededor de 1965 Se realizó un Consejo de Ministros en el Palacio del Elíseo, donde el ministro de Relaciones Exteriores De Gaulle, Couve de Murville, da una conferencia y habla de los “amigos de Francia” en el mundo. De Gaulle lo interrumpe y le dice: “un estado que merece este nombre no tiene amigos». Yo creo que estas dos frases que distan aproximadamente 100 años una de la otra, dejan en claro que el discurso sobre el estado es el tema menos inocuo que existe, porque el estado mismo ha surgido de una reñida alianza entre dos fuerzas, una de las cuales puede dar muerte y la otra dar vida: es decir, el estado es el resultado de la alianza medieval tardía entre los príncipes y las ciudades.
Sylvia Eyzaguirre: la frase de Nietzsche me resuena a lo que usted dice en su libro “ira y tiempo”, que la política es el arte de administrar la ira en la historia. Destaca el catolicismo y el comunismo como los dos órganos más poderosos de recolección metafísica y política de la ira de la civilización occidental ¿cómo ve esta crisis de la política?, ¿cree que surgirán nuevas instituciones para reemplazar a la política y a la religión con el fin de administrar la ira, o la transformación será en el seno mismo de estas instituciones?
Sloterdijk: En primer lugar quisiera explicar cómo llegue a describir la ira en el marco de un análisis psicopolítico mayor como algo factible de ser recolectado. Para recolectar la ira hay que transformar los afectos en depósitos de afectos (…) Hay que volver a Nietzsche, pues él es uno de los padres fundadores de la psicología del resentimiento. Dos generaciones después, el filósofo alemán Max Scheler volvió a explicar esto de modo más amplio, ilustrando el papel del resentimiento en la construcción de la moral en general. Los afectos como la ira, y la necesidad de venganza, la esperanza y el deseo de grandeza pueden ser recolectados en “bancos de afecto» (…) los partidos políticos son bancos de afectos. Cuando están en bancarrota, no se recibe nada de tus activos en este banco. A si como un obrero en el siglo XIX, ha depositado sus esperanzas y sus protestas en el Partido Socialdemócrata de Alemania, su ira era una categoría relativamente sucia a través del partido esta es purificada, transformada en un discurso político digno de ser representado en el escenario de la sociedad. Ya no es una ira sórdida y destructiva, sino que el partido, como una planta de tratamientos para él los efectos sucios o destructivos, procesa la ira hasta convertirla en demandas capaces de ser representadas, de ser propuestas de un modo político y de ser integradas en programas políticos también. (…) los partidos tradicionales son presa de su propia retórica y ya no entienden ellos mismo lo que hacen (…) Los bancos psicopolíticos los partidos también están en vías de convertirse en absurdo porque ya no pagan intereses o no pueden prometer rentabilidad. (…) antes uno acumulaba experiencias hoy coleccionamos desilusiones.
La irreverencia del pensar fue la conversación del tercer día, Cristian Warnken pregunta: usted en el libro los hijos terribles de la edad moderna cita el texto el loco de Nietzsche, (…) ¿Hacia dónde nos movemos nosotros?, y usted afirma que allí hay un diagnóstico “anti-abarcante” del modo de ser moderno, en tanto constata la manera y el modo de la existencia corriente en un continuo resbalar y caer, resbalar y caer. Para nosotros, que somos un país que estamos al borde del abismo en el fin del mundo, que todo caiga es inquietante, los terremotos, los Tsunamis. Somos un país estrecho, y me gustaría que me explicara qué significa este “caer”
Sloterdijk: En los siglos cristianos de Europa la existencia humana se representó como una forma de caminata; el ser humano es ahí esencialmente un caminante. No alguien que cae, sino que ya ha caído, porque con la expulsión del paraíso a causa del pecado original ya nos hemos caído, pero luego nos levantamos y nos convertimos en caminantes. (…) El mundo mismo se transforma en un escenario de guerra, el individuo ya no puede estar seguro de morir de muerte natural. Ya no es un peregrino que peregrina a su propia tumba, sino, probablemente, morirá de una muerte no natural en un campo de batalla. Las personas que mueren en un campo de batalla se llaman en lenguas europeas, por lo general los caídos (…) Los romanos primero tenían algo así como una cultura de masas y una cultura de la entretención; Ellos crearon eso, fueron los primeros, y la filosofía romana estableció una diferencia teórica entre “estar parado” y “estar acostado” por qué se dice, no es de extrañar que, después de la lucha de los gladiadores, encontremos en todas partes y vemos en todos lados seres humanos acostados en el suelo, los que han caído en batalla mientras que al final solo uno o dos todavía siguen de pie.
Cristian Warnken: ¿Está de acuerdo en ese sentido con Paul virilio, el pensador francés que habla de este aceleramiento que terminaría finalmente en una gran accidente?, el habla del “gran accidente” y, si es así, ¿cuál sería este posible accidente?
Sloterdijk: hemos tenido oportunidad una y otra vez para afirmar que la historia no se hace por grandes hombres y tampoco por las estructuras, sino que la historia, la fuerza básica que hace la historia, es el accidente o el error; la banalidad hace la historia. Lo puede ver en un simple ejemplo: La Primera Guerra mundial, entre otras cosas, exploto porque el conductor del automóvil en el cual estaba el sucesor del tronco austriaco no recorrió el camino normal que estaba preestablecido. Ya había pasado por donde estaba el asesino, que estaba en una posición desde la cual no podía disparar. Pero luego se escuchó en la distancia una explosión y por eso el conductor dio la vuelta y pasó por segunda vez por el lado del futuro asesino y esta vez puso al sucesor del trono y a su esposa directamente delante de su pistola. Es decir, al final de cuentas, es el error el que hace la historia. Un chofer austriaco tiene la culpa de la Primera Guerra Mundial.
Cristian Warnken: ¿El valor de la apariencia supero el valor de la verdad?
Sloterdijk: “En el S.XVII la corte española había establecido la total virtualización de las relaciones humanas. Cien años después acontece lo mismo en Versalles, cuando 4000 o 5000 representantes de la nobleza rural fueron concentrados en la corte y jugaban juegos estratégicos entre ellos como en un gran teatro de marionetas. Hay una grandiosa carta de Madam Pompadour al filósofo Montesquieu, en la que se queja de que todos en la corte, salvo el rey, son autómatas. Es uno de los primeros pasajes en la literatura en que aparece la metáfora del autómata para referirse al hombre moderno, a saber, el cortesano”.
Nicolás Fontaine
11 de febrero de 2021
Faro De La Nueva Extremadura