Cuadernos de Tocqueville.

 

El 2017 el fondo de cultura económica y la Universidad Adolfo Ibáñez publicaron Tocqueville y el espíritu de la democracia, con motivo del bicentenario de Alexis de Tocqueville (2005), la revista Tocqueville-review.org publica 19 textos, con nuevas lecturas  aparecidos en la revista de hace un cuarto de siglo. La Revue Tocqueville siempre ha abogado por la interdisciplinariedad. Le dejo al lector una pequeña reseña del libro aquí.

El año 2021 la universidad Adolfo Ibáñez  vuelve a publicar  sobre el autor, esta vez dentro del contexto de la cátedra de  Alexis de Tocqueville fundada el 2015 para el estudio y difusión del pensamiento del autor.  <Cuadernos de Tocqueville> Volumen 1  se dispone al lector en una selección de ensayos  que fueron presentados  en los cuatro seminarios internacionales convocados entre el 2016 y el 2019 de la Universidad Adolfo Ibáñez.

 

El comité editorial de este primer volumen está compuesto por: Enrique Aguilar, José Antonio Aguilar Rivera, Enrique Barros, Tomás Chuaqui, Francisco Covarrubias, Jorge Edwards, Arturo Fontaine, Guy Hermet, Brigitte Krulic, Francoise Mélonio, Leónidas Montes, Eduardo Nolla, Carlos Peña, Darío Roldán y Jesús Silva Herzog

Lo ocurrido según los recuerdos de la vida parlamentaria de Alexis de Tocqueville, en la comisión constituyente de la que fue parte, siendo el único documento de este libro escrito por Tocqueville, es un paralelo con la realidad de nuestro Chile actual, nos termina preguntando. ¿Se ha visto jamás en el mundo nada semejante a lo que se vive hoy?, reflexiones al proceso constituyente de Francia y la mirada de una república naciente como la de Estados Unidos.

El índice del libro está dividido en tres unidades. Estudios compuestos por el pensamiento religioso y la libertad, un paralelo con la lectura del autor treinta años después de la caída del muro de Berlín, una mirada a la democracia en América, la economía en el sentido de las ciencias morales y políticas, y el malentendido de la crítica al individualismo. La crisis de la democracia y la cuestión del despotismo es la segunda unidad compuesta por ensayos que reflexionan sobre la actualidad democrática de Tocqueville, la relación con el populismo, la cuestión del despotismo y la reflexión de la democracia y la republica. La última unidad de trabajo denominada Enfoques contiene dos ensayos, el problema de la igualdad y la diligencia de John Ford y la mirada de Tocqueville de las redes sociales de Alto Hospicio, Chile. Recomiendo al lector ver la película la diligencia de John Ford la cual es usada en uno  de los ensayos con el objetivo de recrear por medio de un paralelo el pensamiento de Tocqueville, no me detendré en esto, ya que espero poder escribir un artículo dedicado solo a este ensayo.

Tocqueville observó la democracia de los Estados Unidos desde la óptica de un francés que conocía otra historia de la lucha por la democracia, una que había conducido al despotismo de Bonaparte, y escribió en el ánimo de llevar algunas ideas de los Estados Unidos a Francia. Fue, quizás, el primer europeo en captar que la forma de vida de los Estados Unidos se estaba transformando en un modelo poderoso para Europa y, por tanto, para la modernidad en cualquier lugar.

La imagen del péndulo puede describir adecuadamente el principio teórico básico de Tocqueville y, quizá, su idea más apreciada la del equilibrio entre: libertad y religión. Los derechos individuales, la soberanía del pueblo, la separación de los poderes, la libertad de asociación, el jurado, la libertad de prensa y la descentralización. La Libertad es una cosa sana y maravillosa que no puede existir sin las <mores> las costumbres o sin las creencias religiosas. Este movimiento pendular continuo entre la libertad y la religión.

El péndulo, para existir tiene que estar en permanente e imparable movimiento. Esta máquina de combustión multi cilíndrica en dos tiempos: aristocracia-democracia, libertad-igualdad, religión-razón, centralización política-descentralización administrativa, juez-jurado, privado- público, elabora una constante y compleja tensión entre múltiples y diferentes pares

Destacó esta maravillosa frase <el gran objetivo de los legisladores en las democracias debe ser, pues, crear asuntos comunes que fuercen a los hombres  a entrar en contacto los unos con los otros>

Interesante reflexión que se hace sobre el mundo a comienzo de los años 90 como si fuera Tocquevillano, porque las naciones se imaginaban un futuro el modelo americano, cómo lo subrayaba Francois Furet.

El igualamiento de condiciones trae consigo el riesgo de generar una ciudadanía entregada a la cómoda satisfacción de intereses materiales, lo cual posibilita un descuido de la defensa de la vida libre e incluso una degradación de la condición humana. Sin embargo para Tocqueville la característica esencial e ineludible de la democracia es el igualamiento de condiciones, que los individuos sean socialmente iguales quiere decir, más bien, que entre las personas no existen diferencias hereditarias o rígidamente mentales vinculados a características sociales, y que todas las ocupaciones, los profesores, los cargos, los títulos y los honores o reconocimientos son en principio accesible a todos.

Tal cual lo señalará Tocqueville hace falta una Ciencia Política nueva para un mundo enteramente nuevo. Que actual nos suena esto.

Un aspecto interesante que circunda los ensayos es la idea del despotismo. Sí quiero imaginar bajo qué rasgos nuevos podría producirse el despotismo en el mundo, veo una multitud innumerable de hombres semejantes e iguales que giran sin descanso sobre sí mismos para preocuparse pequeños y vulgares placeres con los que llenan su alma, nos señala uno de los ensayos agregando, cada uno de ellos,  retirado aparte, es extraño al destino de todos los demás. Sus hijos y sus amigos particulares forman para él toda la especie humana. En cuanto al resto de sus conciudadanos, están a su lado, pero no los ve; Los toca, pero no los siente, no existe más que en sí mismo y para sí mismos, y si todavía les queda una familia, se puede al menos decir que no tiene patria.

Otro de los ensayos nos habla de Individualismo igualitario, señalando que:  Es de notar que estos valores son típicamente más atingentes a un sistema aristocrático que a uno democrático: valores como virtud pública, gloria, grandeza excelencia, etcétera. Son puestos en peligro por la cultura a la que un sistema democrático responde y fomenta.

El deseo común resulta ser aquel que los hombres perfeccionan y persiguen transformando sus acciones y propósitos en un país más democrático. La dispersión del poder limita atribuciones excesivas en los gobiernos resaltando la democracia basada en un deseo común que parta en las fronteras de las necesidades básicas de un ciudadano: educación, salud y vivienda. Pues solo después de eso en las democracias pueden aparecer sus virtudes evolutivas del ser humano.

Tocqueville desea mantener barreras protectoras nacionales, como la gran mayoría de los notables de su tiempo pues él piensa que es más fácil regular la crisis industriales en el interior de un mercado doméstico. Nuestro autor no es liberal en el plano económico. De esta forma según uno de los autores de este libro Tocqueville se sitúa a igual distancia del liberalismo económico y del socialismo estatista. No quiere un estado que sea productor y protector; los grandes problemas políticos son igualmente problemas económicos y, sobre todo, en el razonamiento tocquevillano, no existe voluntad política real cuando no se incorporan los medios-y por ende los medios económicos-de su puesta en práctica.

En los dos volúmenes de la democracia en América se hace referencia de modo recurrente al campo semántico de la precipitación de la agitación febril, la <contingencia diaria> de los deseos y el ansia de su inmediata satisfacción; la inestabilidad del Estado social, que favorece la movilidad geográfica y profesional y refuerza la inestabilidad de las pasiones.

Tocqueville nos dice:

 

“Tan pronto como los hombres pierden la costumbre de situar sus principales esperanzas a largo plazo, se ven naturalmente llevados a querer realizar sin temor a sus menores deseos, y me parece que en el momento en que pierden la esperanza de vivir una eternidad, están dispuestos a actuar como si no fuesen a existir más que un solo día (…) el presente se agranda oculta el futuro que se desvanece y los hombres solo quieren pensar en el día siguiente”.

 

El redescubrimiento de Tocqueville fue el resultado de un conjunto de factores conocidos: la renovación de la reflexión política de los 70 del pasado siglo, la revalorización de la tradición liberal, la crítica a la dictadura soviética, entre otros. El arte democrático no es otro que el arte asociativo, es decir, la voluntad y capacidad de crear lazos entre los hombres que contrarrestan al Gobierno natural de la democracia

Tocqueville ofrece un novedoso análisis de despotismo < despotismo democrático> es decir, de aquel que no se construye desde fuera de la democracia ni en la impugnación de sus principios, sino que se despliega en su interior.

Es importante señalar que la sociedad americana está constituida por la igualdad de condiciones, pero precisamente porque se instala en el vacío de la historia, se habrían instalado de modo natural y sin que hubiera sido necesario vencer obstáculos o estructuras aristocráticas.

La sociedad igualitaria permite pensar en un despotismo democrático fundado en una aplicación de los individuos de la vida pública, pero todos igualmente representados, vía la centralización, en una unidad indivisible; La sociedad individualista hace posible pensar en un formato de despotismo democrático resultado, por los egoísmos individualistas, del abandono de la forma de la sociedad que permite recrear los lazos sociales entre individuos con distintas aspiraciones. Como se advierte la distinción entre sociedad de individuos y sociedad igualitaria constituye una diferencia relevante. Conviene detenerse un instante en la manera en que Tocqueville construyó la noción del individuo. El recorrido que transita difiere de las formas habituales en las que se había pensado en la cuestión del individuo. En efecto, como señala Lambert y, es posible pensar distintas formas de comprender el individualismo . Por un lado como una doctrina que se centra en los derechos del hombre, inscrita en la tradición del liberalismo político. Por otro lado bajo la romántica noción del hombre genial.

 

El individualismo es un sentimiento reflexivo y Pacífico que conduce a los ciudadanos aislarse de la masa de sus semejantes y a retirarse al margen con su familia y sus amigos; De tal modo que, luego de haber creado una pequeña sociedad para su uso, abandona la gran sociedad en sí misma.

 

La Revolución Democrática hizo que los hombres destruyeran los poderes aristocráticos y consolidarán la igualdad centralizando el poder social; Pero, paradójicamente, en la medida en que la igualdad se establecía por la libertad, esa libertad se esfumaba.

Para Tocqueville la igualdad sin límites produce dos malos efectos: conduce a la anarquía o bien a la sujeción o servidumbre. En la aparición y estallido de estos males concurre una fuerte crisis de la libertad, que se manifiesta impotente ante la marcha arrolladora de la igualdad.

Tocqueville sostiene que si alguna vez se impusiera el despotismo en América, sus ciudadanos se verían reducidos a ocuparse solamente de los asuntos más cotidianos de sus vidas privadas, recluidos en sus casas, carentes de la mitad de sus existencias. Exiliados de la participación en los asuntos públicos, llegarían a ser terriblemente desgraciados

 

He recibido al nacer la Facultad de gobernarse, así mismo y que nadie tiene derecho a forzar a su semejante a ser feliz. Todos tienen una fe viva en la perfectibilidad humana, juzgan que la difusión de la cultura debe producir necesariamente resultados útiles, y que la ignorancia ocasiona efectos funestos. Todos consideran la sociedad como un cuerpo en proceso, la humanidad como un cuadro cambiante donde nada es y nada debe estar fijo para siempre, y admiten que lo que les parece bien hoy puede mañana ser reemplazado por algo mejor que todavía se oculta.

 

Nicolás Fontaine

24 de agosto de 2021

Faro de La Nueva Extremadura

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