Magnificos Rebeldes

Jena es una ciudad del centro-este de Alemania, en el estado de Turingia, situada en el valle del río Saale y rodeada de montañas acantiladas calcáreas y bosques. Esta es la descripción que nos entrega wikpedia  Lo que sabemos es que sus primeros asentamientos fueron alrededor del siglo viii.

 

La gran Andrea Wulf se sumerge en Jena para contarnos una historia que podría ser el surgimiento del YO moderno. Los personajes son reales y entre ellos se encuentran:  Auguste Böhmer, Caroline Bömer -Schlegel-Shelling, Johann Gottlieb Fichete, Johann Wolfgang von Goethe, Georg Wihelm Friedrich Hegel, Alexander von Humboldt, Caroline von Humboldt, Wilhelm von Homboldt, Novalis, Friedrich Schelling, Friedrich Schiller, August Wilhelm Schlegel, Friedrich Schlegel, Friedrich Schleiermacher, Ludwig Tieck y Dorothea Schlegel.  Poetas, filósofos, escritores, dramaturgos, críticos literarios, teólogo y científico.

 

Estas mujeres y hombres coincidieron entre el último cuarto del siglo XVIII y los primeros años del S. XIX en Jena. Andrea Wulf y esta maravillosa historia <Magníficos Rebeldes> publicada por Taurus en noviembre del 2022. Es fascinante

 

Desde el principio su autora nos atrapa, nos sitúa en este mundo, nuestra época actual,  en el que nos vemos obligados a caminar de puntillas por la delgada línea que separa el libre albedrío y el egoísmo, entre la autonomía y el narcisismo, entre la empatía y la realidad.

 

La razón de este libro nos dice: es entender por qué hemos destruido tanto nuestro magnífico planeta azul. Nos basta examinar la relación entre nosotros y la naturaleza, primero debemos analizarnos a nosotros: ¿cuándo empezamos a ser tan egoístas? ¿En qué momento creímos tener derecho a ser los dueños de nuestras propias vidas? ¿Cuándo nos creímos con el derecho a coger lo que nos diera la gana? ¿De dónde viene todo esto, nosotros, tú, yo, nuestro comportamiento colectivo?  ¿Cuándo nos planteamos por primera vez la pregunta de cómo ser libres?

 

Estas preguntas dieron paso a buscar a los hombres y mujeres que inventaron el Yo. Durante siglos filósofos y pensadores habían sostenido que El Mundo estaba controlado por una mano divina y regido por las verdades absolutas de la fe. El siglo XIX fue una época de descubrimientos en la que se revelaron las leyes naturales, como la física de la refracción de la luz o las fuerzas que gobiernan el movimiento de la luna y las estrellas. Las matemáticas, la observación racional y los experimentos controlados allanaron el camino hacia el conocimiento, pero los seres humanos seguían siendo engranajes de una máquina a las órdenes de Dios. No eran libres.  Claro que no.

 

¿Por qué Alemania?

 

La fragmentación tenía algo a favor, y la censura era mucho más difícil de aplicar que en las grandes naciones administradas de forma centralizada, Como Francia o Inglaterra. En Alemania, por pequeño que fuera, contaba con su propia legislación. Además, y había más universidades que ningún otro lugar, con unas 50 de ellas frente a las dos únicas que tenía Inglaterra: Cambridge y Oxford. Es cierto que algunas eran minúsculas, pero su abundancia facilitaba para que las familias menos ricas pudieran enviar a sus hijos a estudiar. El mismo Kant instó al hombre a:  salir de su inmadurez autoimpuesta, cultiva tu mente, no se necesita nada para ilustrarse salvo la libertad, esto fue lo que los estudiantes y los profesores de Jena se propusieron hacer.

 

Al poco andar de la llegada de los primeros de este grupo de Jena, se formó un círculo virtuoso que buscaba entender el sentido del mundo. Responder a preguntas del tipo: ¿quiénes somos, ¿qué podemos servir?, ¿qué es la naturaleza?.

 

En el verano de 1794, los estudiantes hablaban sin parar de Johann Gottlieb Fischte, el nuevo y joven profesor que había llegado a Jena en mayo. El filósofo afirmaba que el yo era el Supremo regidor del mundo. La fuente de toda realidad es el yo, y decía a sus alumnos, inculcándoles así la poderosa idea de autonomía y de libre albedrío. Fue Goethe quien recomendó a Fischte para un puesto en la Universidad; Ambos solían verse con frecuencia, sumado a los otros miembros de esta historia es lo que la autora nos relata como el inicio del yo.

 

Este libro es un viaje al pasado, que parte e en el verano de 1794 y termina con la llegada de los franceses en octubre de 1806. Magníficos rebeldes es una historia de los primeros  románticos. La antesala de la historia es la de un siglo considerado como la era de la clasificación, en la década de 1730 el botánico sueco Carlos Linneo había introducido su llamado sistema sexual, que clasificaba al mundo de las plantas con flores basándose en el número de órganos reproductores. La naturaleza de este siglo de orden encausa el nacimiento de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789 donde los ideales de la ilustración en la identidad nacional: los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos y, decía el primer artículo de la declaración da inicio a una reflexión colectiva donde en Alemania  encuentra tierra fértil.

 

El lector pasará por todos los estados emocionales.  La espiritualidad de la lectura, las ideas de un mundo mejor y la libertad como bastión de la existencia, el vértigo del escándalo moral y la búsqueda de la igualdad. Mujeres poderosas, autoras y dominantes de ideas candentes de la época. Hombres débiles y angustiados por el Yo. Leer este libro es un viaje al pasado, lleno de citas y autores y más libros que aparecen, el surgimiento de una sociedad nueva. Aquí podría estar algunas claves del individualismo y narcisismo actual.

Este libro es necesario, bello y poderoso. Gracias Andrea Wulf

 

Nicolás Fontaine

Faro de La Nueva Extremadura

10 de octubre de 2023